lunes, 9 de diciembre de 2013

¿La "reforma energética" dictada por el FMI?

Los 4 jinetes del Apocalipsis Social (FMI)

Por: Eduardo Corona

Las 295 páginas de la supuesta reforma energética Mexicana aportan muy pocos datos acerca de la modernización de la industria petrolera y electrica; desde las primeras páginas surgen sin tapujos las principales caracteristicas de la politica monetarista, tan eficiente en la depauperación de la clase media, en la cancelación de justicia laboral, en la depredación del medio ambiente y en el enriquecimiento de una oligarquía fanancista y traidora. El documento, que más se antoja bodrio, parece dictado desde las oficinas centrales del FMI.

En primer lugar antes de proponer la efientización de la industria a partir del desarrollo e implementación estatal de politicas de investigacion científica y tecnológica arremete vigorosamente en contra de los ¨pasivos laborales¨, que se traducen en los sueldos, prestaciones y beneficios de los trabajadores de esta industria, efectivamente, lo que para lo que los patrones son ¨pasivos¨o obligaciones económicas, para los empleados son “activos”, es decir sus beneficios y prestaciones devengadas por su trabajo profesional. Es un ataque más a los derechos laborales, tan erosionados y maltrechos con más de 30 años de bombardeos monetaristas a nuestros trabajadores.

En segundo término, se lee la obvia entrega de nuestra materia prima por el alquiler de tecnología, vamos a pagar para que otros desarrollen tecnolgía y la intercambien a la paraestatal por activos circulantes es decir por dinero y materia prima, a través de contratistas que serán intermediarios de PEMEX con las grandes coorporaciones petroleras. Estas compañías contratistas, pertenecientes al sector privado, serán las encargadas de administrar, supervisar y hasta conceder las licitaciones para la renta de tecnología e incluso actividades de extracción directa de los hidrocarburos, es decir, que PEMEX ahora pagará por tecnología extrangera a través de intermediarios o coyotes de la iniciativa privada, es decir, parásitos, y dejará de invertir en proyectos propios de desarrollo de tecnología e investigación.  Se pretende ahogar la actividad de la paraestatal a simple expectador de la explotación de la riqueza petrolera, con la obvia reducción de su planta laboral especializada en favor de técnicos de compañías extranjeras, que además han demostrado su ineficiencia medioambiental y su depredación ecológica en favor de la extracción no sustentable de hidrocarburos.


Finalmente, las migajas económicas que dejen los coyotes (contratistas intermediarios) nacionales y las coorporaciones extranjeras será administradas por un Fondo Petrolero en manos del Banco Central, llamado Banco de México, que es un diseño de banca nacional especulativa originado en el Banco Mundial y obligatorio para todos los prestatarios del Fondo Monetario Internacional.  En otras palabras, las pocas divisas que dejen de la rapiña seran incluidas en la reserva internacional de dólares con lo que se especula para que el Tipo de Cambio e inflación beneficie a los capitales financistas en lugar de atomizar las bondades economicas de la venta de hidrocarburos en favor de programas sociales.  Esos son los cuatro jinetes del apocalipsis monetarista: cancelación de justicia laboral; apropiación de las divisas por oligarcas nacionales e internacionales; contaminación ambiental en todas sus formas, y uso de remanente financiero en el mercado especulativo de divisas.  Un modelo que ha depauperado la clase media hasta casi desaparecerla, que ha paralizado el mercado interno y condenado la producción nacional a la quiebra y a la dependencia, que ha contaminado las aguas, el aire y la humanidad de los mexicanos, y que ha enriquecido una oligarquía financista parásita y traidora.

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