viernes, 28 de junio de 2013

Para cuando tomen las redes sociales

Por Eduardo Corona.

Desde principios de la década de los cuarenta se dieron cuenta en las esferas del poder y del dinero, que el uso de medios masivos de comunicación era una ponderosa arma de proselitismo político, hubo acuerdos y mucho agradecimiento gubernamental a la naciente industria de las telecomunicaciones, en esa entonces representada por la radio.  Al amparo de lenoninos contratos de venta de espacios con el gobierno todos ganaban; el empresario, el alto burócrata encargado de la negociación, que por supuesto se llevaba sus comisiones por el sobrevaluo de los servicios, el gobierno que ganaba en prosélitos y el pueblo que ganaba en entretenimiento.  Una ecuación perfecta.

Con el paso del tiempo, los empresarios se volvieron más ambiciosos, los burócratas más corruptos, el gobierno más inepto, y el pueblo más maleable. Y comenzó la degradación.  Casi sin quererlo, los empresarios de los medios encontraron una mina de oro: ganar dinero manipulando y al mismo tiempo, gracias a esa lucrativa actividad, crear una base de consumidores cautivos de la idiotez mediática y ciudadanos sumisos al régimen.  Fue la primer generación del: “para qué votar por otros si ya sabemos que va a ganar el PRI” o “no te metas en problemas, cada quien que arregle sus asuntos”.

Así solidaridad, civismo, honestidad  y otros valores fueron tratados como defectos de carácter; la sociedad hacia escarnio de los que ostentaran tener valores cívicos.  En aquel tiempo sólo había burlas, pero el proceso de descomposición continuó bastante consistente y con impresionantes aceleraciones temporales.  Hasta que llegamos a nuestro tiempo; ya son 3 o 4 generaciones entrenadas emocionalmente para ceder totalmente el poder a políticos cada vez más estúpidos. Obviamente la sucesión presidencial sería designada en función de los crímenes cometidos por el rey saliente. Así el delfín debe ser cada vez mas estúpido (ver la curva imaginaria de estupidez de Miguel Alemán a EPN) y el pueblo permanece cada vez mas idiotizado frente a estos medios tradicionales y traicioneros de comunicación.

Pero vino el internet, del 1.0 pasamos al 2.0 y ahora en la era del 3.0 las redes sociales han democratizado la información, antes en poder de la oligarquía.  Las noticias fluyen con una velocidad increíble, algunas exageraciones se cuelan pero en general son una excelente herramienta para la organización y la formación de opinión independiente.  Movimientos políticos enteros han cristalizado a la sombra de estas redes sociales, y los gobiernos entre asustados y violentos, no atinan sino a amenazar y reprimir a los usuarios de medios sociales, lo que incrementa la adición de nuevos usuarios y la desconfianza a los medios tradicionales.


Pero de a apoco se empiezan a estabilizar las esferas de poder: El espionaje de los gobiernos y complicidad de los monstruos del internet es otra herencia del marketing 3.0, los gobiernos ya aprendieron a hacer búsquedas optimizadas de palabras clave; en base a la navegación personal se puede recrear, con bastante certeza, el perfil ideológico de los usuarios.  Y esto desencadenará en un nuevo esfuerzo mediático de manipulación.  Mientras el gobierno se mantenga reprimiendo a los usuarios el peligro será personal y habrá forma de enfrentarlo, pero cuando el gobierno use nuestro perfil ideológico para lanzar su nueva ofensiva de manipulación con el marketing emocional será la muerte de la honestidad en los medios sociales.  Y no falta mucho.

miércoles, 19 de junio de 2013

La Gran Patraña del Marketing y el FMI

Por Eduardo Corona

Para nadie es un secreto cómo es que las grandes marcas internacionales y corporativos globales se han enriquecido con la pobreza de los seres humanos menos afortunados.
Los costos de producción, por ejemplo, de unos tenis de cierta marca no rebasan los 5 dólares Americanos, mientras que ya puestos en los escaparates estadounidenses rebasan los 100 dólares.  Y la cosa se pone peor si se exportan estos tenis a nuestro querido México, se venden hasta en 250 dólares…
Los productores de estos bienes ganan alrededor de 2 dólares al día… o menos, y el mínimo en  nuestro país no canta mal las rancheras…
Para quien puede comprar estos tenis en México, eso simboliza;  status,  bienestar (?). Es oneroso, pero eso es lo mejor, no “cualquier pelado” tiene acceso a ello, son productos que sólo unos cuantos “privilegiados” pueden consumir.  Y es que una de las grandes áreas de explotación del marketing es producir un complejo de inferioridad en el consumidor, para después aliviarle los complejos con marcas, entre mayor sea la falta de autoestima, mayor es la satisfacción en el consumo de ellas, es un espiral de marketing emocional que nos hunde en el desprecio total de nuestras raíces culturales para después redimirnos con el consumo irracional  y de este modo, parecernos un poco más a los victoriosossiempreexitososredentoresdelmundo norteamericanos. 
Así ha estado funcionando el marketing emocional por ya varias generaciones a través de la iglesia, de la TV etc. Basta ver cómo el “Chavo del 8” nos entrenó emocionalmente para SENTIRNOS estúpidos y pobres irremediablemente; a solucionar nuestros problemas escondiéndonos en un barril, y a vender cualquier cosa; la dignidad, la familia, la patria, por una torta de jamón.
Y para dejar de ser ese “fracaso” de ser humano, vengan las marcas, unos buenos tenis me quitan lo pobre, lo estúpido y lo cobarde. No importa si para consumirlos, junto con el resto de las marcas, tengo que hacer “tranzas”, robar, engañar o hasta matar… lo importante es dejar de ser ese peladito.
En este contexto los valores de educación, moral y solidaridad son vistos como un defecto. La televisión nos susurra quedamente al oído: “los valores no te van a sacar de ‘perico perro’”. Eso es lo que nos ha traído hasta este punto de descomposición social, económica y política, pero sobretodo a esta podredumbre espiritual.
Y aún peor, volviendo al caso, ¿es justo el sueldo para el niño-esclavo de estos tenis en México o en Honduras? ¿Es justo para el consumidor de estos tenis en México o en Honduras, o incluso en los Estados Unidos? Algo anda mal en nuestra psique, si permitimos que el sistema siga chupando los recursos humanos del esclavizado productor, por un lado, y empuje a la criminalidad de una grupo social con tal de obtener estos paliativos de los complejos de inferioridad, por el otro.
Estábamos escribiendo acerca de unos tenis… ¿quieres hablar del Mercado de bienes raíces? ¿Qué tal del Mercado de divisas? ¿Y las guerras? ¿Quién gana y quién pierde con ellas?
No es un secreto que para “rescatar” de la pobreza el FMI exija a los países “desinversión” social, detener el “proteccionismo”  a los productores nacionales, globalizarse y proteger a la banca a toda costa, llevan 30 años aplicando esta fórmula que sólo ha sacado de la pobreza a las oligarquías nacionales y a la criminal clase política, pero al país, al pueblo, a decir verdad, sólo ha empobrecido hasta el grado de empujarlo a la criminalidad… y ahora se comercia con sangre para acceder a una sopa instantánea…
¿No será que todo esto es una gran patraña? Y que el marketing trabaja en nuestras consciencias, como el FMI en los politicos? Nos espantan con el petate del muerto: Si no consumes esta marca vas a parecer “muertodehambre” y si sigues “malgastando” en programas sociales te vas a “morir de hambre” sin prestamos para que sigas alimentando a tu malnacida clase política… parece que todo es marketing en esta vida… desde que nos convencieron de cambiar oro por espejos hasta la desregulación de la producción nacional, pasando por el consumo de marcas.  Ese es el camino que ha seguido la Gran Patraña para robarnos nuestros sueños y esperanzas, y dejarnos sin futuro.
Ahora que sabemos el camino sólo hay que invertir el proceso, andarlo a la inversa, crear una invencible autoestima, con fuertes lazos comunitarios, cooperativas locales y micro empresas solidarias… ni siquiera hay que apagar la tele… solo cámbiarle de canal: nuestra debilidad es nuestra fuerza y nuestra pequeñez nuestra grandeza.