Por Eduardo Corona
Esta mañana me desperto el timbrazo del celular. Una amiga, supongo que sin poder dormir toda la noche, lo primero que hizo antes de amancer fue enviarme el plan de los primeros cien días de la Isla de la Fantasia, perdón, de los Estados Unidos.
Un plan que, por supuesto, embarca al elegido racista, Donald Trump, en un pleito callejero con la legislatura, con los burócratas, con las naciones con las que tiene tratados internacionales, con los inmigrantes, con los países "promotores" del terrorismo. Contra los empresarios "offshore", y contra China.
Se propone la renegociación del TLC y el retiro del TPP... lo cuál sería una acción positiva, si no fuera unilateral... es decir, se prentende embarcar a los Estados Unidos en una pelea nihilista universal, donde los unicos ganadores serán las potencias emergentes, que de ningún modo tienen un modelo socializante y opuesto al neoliberalismo, sino que pretenden imponer su ejemonía local con la misma agresión en contra de los derechos laborales, políticos y sociales, pero ahora con una nueva cara. Sin olvidar que propone una desregulación total lo que deja a los trabajadores norteamericanos al garete... compitiendo con los sueldos de esclavitud chinos y mexicanos...
En medio del desorden que propone un agresivo aislasionismo, nuevamente subrayo, unilateral, el país más perjudicado de todos, por su cercanía geopolítica y comercial al imperio es México. Desgraciadamente el laboratorio donde se implementaran las medidas aislacionistas norteamericanas: la construcción del muro que pagará el país agredido pasándose todos los acuerdos internacionales por el arco de triunfo. Se pretende también imponer nuevas tarifas fiscales para desalentar la producción maquiladora (offshore) que ha sido ya por años y casi exclusivamente, la única fuente de ingresos industriales en México.
Se pretende deportar de plumazo dos millones (?) de criminales inmigrantes a cuyo país de origen será castigado con la cancelación de visas (???) si ese país se niega a recibir a sus conacionales (?????).
De los usos y costumbres de negociación con los norteamericanos, sabemos que estas propuestas seran solo una excelente excusa para firmar tratados ventajosos unilateralmente y cumplir solo aquellas clausulas que les conviene a los cínicos negociadores imperiales.
El panorama se antoja apocalíptico... el muro que es solo una excusa para iniciar una agresión económica y política que podría desembocar en una agresión militar; sin fuente de ingresos para satisfacer el apetito de Neron por el pago del muro; sin manera de comerciar más o menos limpiamente con los Estados Unidos, y con la expulsión de ciudadanos mexicanos que llegarán a ese país sometido políticamente y desplomado económicamente.
Si bien el imperio se embarca en una campaña suicida, antes de pagar por las consecuencias de sus actos, México y los mexicanos serían arrastrados al derrumbe irremediablemente.
Pensamos que las propuestas pertenecen más a la fantasía imperial trasnochada que al mundo de la realidad. Sin embargo, cualquier porcentaje de esas medidas que alcancen a aplicar nos afecta terriblemente. A menos que nos deslindemos de esa economía globalista que, por ahora presume un auge descomunal, que no deja de ser temporal y fantástico antes del derrumbe. Bienvenidos a la isla de la fantasía.