Hace ya unos tres años que me apersoné por primera vez a una reunión de un comité de desarrollo económico en un pueblito de unos veinte mil habitantes en los Estados Unidos. ¿Qué hace un comité de desarrollo económico? me preguntaba, mientras deseaba nunca haberme presentado a ese lugar, donde apenas si entendía lo que estaba pasando.
Lo unico bueno de aquella vez, fue la comida mexicana que sirvieron en la sala de juntas de aquel viejo hotel, monumento histórico del pueblo. Pero, a decir verdad, no podía entender cual era la finalidad de ese grupo de hombres, blancos, reunidos para discutir el ¡¡¡plan de negocios para el pueblo!!! ¿De verdad? ¿Los pueblos tienen plan de negocios?
Poco a poco entendí que el presupuesto que destinaba el estado y la federación para gastos regulares del pueblo era vigilado por un grupo de ciudadanos voluntarios. Absolutamente todos los gastos e inversiones estaban disponibles y casi todos los bienes y servicios que compraba el pueblo estaban sujetos a licitación pública y a escrutinio de todo el pueblo ¡Imposible!
Por si esto fuera poco, existía un presupuesto destinado a proyectos extraordinarios y tanto la ciudad como las organizaciones que quisieran hacerse cargo de esos fondos deberían presentar un plan bien estructurado para ser revisado por una comisión de ciudadanos convocada por el comité de desarrollo económico y en la que ¡no había cochupo!
Esto fue ya el colmo, poco a poco me enteré como funcionan las comisiones ciudadanas de desarrollo económico en los pueblos y conglomerados metropolitanos en los Estados Unidos. Con algunas variantes he podido conocer y aprender que con regalar dos horas de mi tiempo al mes, junto con otros voluntarios interesados podemos realmente impactar positivamente la comunidad.
En primer lugar se hace un mapeo patrimonial, es decir se identifican todos aquellos recursos naturales, sociales y empresariales que están disponibles en el pueblo para su actividad económica así como la infraestructura de caminos y vivienda disponible.
Conocer y ordenar estos recursos en un inventario virtual, permite crear un "plan de negocio" para la ciudad. Es decir un proyecto de la actividad económica a desarrollar, sean actividades agrícolas, ganaderas, industriales o turísticas, incluso la combinación de ellas y su relación con la fuerza de trabajo en el área, esta última consideración evita concentrar industrias muy lejos de los centros de vivienda, lo cual evita los ineficientes y costosos viajes de la mano de obra.
Hablar de un "plan de negocio" suena demasiado simple, pero con la "Ley de Herodes" aprendimos que los politicos mexicanos todo lo han complicado para retirarlo del alcance del pueblo y poderse apropiar de recursos, proyectos y empantanar el desarrollo económico nacional, primero con la corrupción y su vástago favorito, el cochupo, y últimamente como cómplices del monetarismo para absorber todo el circulante en favor de las "reservas internacionales" que solo sirven para hacerle el juego a la especulación financiera.
La tercera parte y la mas interesante es acerca de los proyectos extraordinarios de desarrollo con fondos federales, estatales y locales, para lo cual se convoca a cualquier persona o empresa interesada a concursar en una licitación abierta y supervisada por la comisión del comité de desarrollo económico nombrada para tal efecto. Esto evita que las licitaciones y las "adjudicaciones directas" sean vendidas a los, casi siempre inútiles, novi@s, amig@s, parientes y demás parasitos con los que se amafian los alcaldes para robarse los proyectos.
Existen muchos recursos internacionales que deberíamos estar aprovechando para impulsar la producción y el desarrollo económico del país, pero los cerdos oligarcas ya formaron su asociación para seguir bloqueando la repartición justa de esos recursos, nombres como el de Claudio X Gonzales, Laura Diez Barroso y José Antonio Fernandez se barajean en la mesa directiva de US-Mexico Foundation (http://www.usmexicofound.org/about/board-of-directors/).
No necesitamos que los parásitos en el gobierno de la nulidad, la estupidez y la traición nos den permiso para comenzar hoy con nuestro propio comité de desarrollo económico, y empezar nuestro proyecto verdadero de nación, a través de la micro empresa, del autoconsumo, del crédito de capitalización comunitaria, de las fuentes alternativas de energía... ellos creen que lo tienen todo y que todo lo rematan... pero todo eso no tarda en ser basura... ¿te animas empezar hoy tu proyecto de país?