viernes, 22 de mayo de 2015

Simpleza del Voto

Por Eduardo Corona

El "marketing" político hace mucho que se empeña en confundirnos el sufragio con la democracia.  De manera oculta, subliminal o abierta y brutalmente contundente se le ha enseñado al ciudadano común y corriente que la única herramienta democrática a su alcance es el voto.

En este sentido mercantilista del voto, esa pequeña equis en una papeleta se le compra, se le vende, se le arrebata, se le roba. Algunos medios lo entronizan como campeón de la democracia y otros los satanizan como el peor de los traidores.

Kate Brown, gobernadora de Oregon dice estar del lado de la justicia social,
pero necesita nuestra participación activa ¿tendría razón?
Sin embargo, hoy quiero decirte que el voto es el simple ejercicio de expresar tus preferencias que deben nacer de un estudio y participación previa en comités civiles de vigilancia y seguimiento de los candidatos. Del mismo modo esta preferencia puede y debe cambiar si aquel candidato preferido con tu voto, ya de funcionario, desoye y traiciona a sus patrones: los electores.

El llamado a no votar, es en realidad un llamado a dejar las cosas como están. Los criminales politicos y parásitos partidos no se sentarán a llorar porque tu NO votes.  Al contrario, con esa eficiencia delictiva que los caracteriza, encontrarán la manera de utilizar tu inacción en su favor; el consenso total es imposible.  Si fuera el caso que el número de electores convencidos de no votar para castigar a los partidos llegase ¿90%? ¿lo crees posible?

La verdad es que aunque el no voto llegase al 99%... el 1% restante sería el ganador... es decir el voto comprometido, robado, inventado, chantajeado, si, por los parásitos partidos y los criminales politicos.

La democracia es un ejercicio más complejo de participación política... ¿recuerdas la cancioncita que aprendiste de niño? "Demos significa pueblo" y cratos, gobierno, es decir, el gobierno del pueblo" Mi nueva pregunta en todo caso sería: ¿que gobierno se ejerce en 15 segundos para afectar las actividades de 6 o más años?

El gobierno es un administrador contratado para regular las relaciones sociales, laborales, comerciales, culturales, y demás de un pueblo.  La gama de intereses legítimos que rigen todas estas actividades es de una complejidad enorme y en muchas ocasiones se oponen entre si, por lo que se requiere un arbitro.

No podemos hacerle el juego a los criminales que descontextualizaron el voto para robarse la democracia.  Hoy es el momento para participar de verdad en la supervisión y vigilancia de nuestras actividades. En otros artículos he llamado la atención a la actividad micro emprendedora para producción y distribución de bienes indispensables y dejar de depender del ciclo bancario, que es el que inyecta sus recursos para continuar con el robo de la democracia y de la conciencia.

El deber es votar, pero es aun más importante crear una cultura de democracia participativa y dejar a los electores "frutsivoros" que se extingan junto con sus amos dinosaurios, mientras nosotros instrumentamos una verdadera estrategia de micro organización y democracia participativa.  ¿Estamos listos?

Poderoso discurso sobre el poder de la participación

https://www.youtube.com/watch?v=gOdIe5nr6Pw

viernes, 15 de mayo de 2015

El que se enoja ¡Pierde!

Por Eduardo Corona

Una de esas frases que me han acompañado por toda la vida. Que lo mismo sirve para consolar que para hacer mofa de compañeros y amigos (ahora en espanglish, bullying), porque además de hacerlos rabiar, se usa el dicho para incrementar las burlas al iracundo por los desatinos causados por el enojo. Y este punto es precisamente el motivo de este artículo: "los desatinos del enojo".

Estar enojado es legitimo en una sociedad que ha sido estafada, robada, secuestrada y asesinada por una clase política cínica y criminal. Estar enojado es nuestro derecho cuando algo no está bien, cuando algo nos daña. La pregunta en todo caso es ¿cómo canalizar el enojo para que no nos empuje a  la derrota?

Todos sabemos que actuar y hablar durante un absceso de ira puede agravar nuestros problemas, puede llevarte a herir a las personas que amas y a decir cosas que realmente no sientes por las personas que te rodean. Actuar con enojo te puede llevar a agredir a un inocente, a negarte a una negociación que pueda resolver algún conflicto.  Puede convertir a una persona pacífica en un monstruo o en un criminal.

Es por eso que es necesario llamar al razonamiento en estos momentos de "enojo nacional".  Debemos estar enojados, claro que lo estamos, claro que ya no aguantamos el cinismo del imbécil de los Pinos, Enrique Peña Nieto, ni a la cínica de su esposa y los vividores de sus hijos, hijastros, entenados y peinadores... "Estamos hasta la madre"... Como lo estuvimos en 1810, en 1910, en 1968, en los setentas, en Ayotzinapa..

Está enojado el joven al que los criminales legisladores y arrastrados gobernadores le han robado su futuro para ponerlo en el plato de los banqueros, por eso se vuelve sicario y sueña que ser narcotraficante aliviará el dolor de su enojo y lo convertirá en héroe.

Está enojada la jovencita que se le ha hecho cargar con la pobreza económica y moral de una sociedad que criminaliza la juventud porque eso beneficia el sistema global bancario, por eso prefiere creer lo que lee en las redes sociales y se pone en peligro de un secuestro o algo peor.


Está enojado el emprendedor que tiene ideas innovadoras para hacer negocio, pero que le han cerrado todas las avenidas y que esa ira le vuelve criminal y lo lleva a engrosar las filas del crimen organizado.

Están enojados los maestros que ven como la agresión más sádica del neoliberalismo empieza contra la educación, el trabajador, el ama de casa, el tuitero de las redes, el comerciante. Todos estamos enojados, todos reaccionamos con violencia, todos acusamos a los manifestantes de flojos, todos acusamos a la democracia de habernos traicionado.

Y como no podemos romper con esas cadenas de enojo, nos conformamos con reírnos de los criminales politicos que provocaron nuestro enojo, o le mentamos la madre a Peña Nieto.  Y una vez desahogados... continuamos con el suicidio colectivo de participar en el sistema.  Llamamos a no votar para que vean nuestro enojo, en lugar de organizarnos en asambleas comunitarias para supervisar a nuestros empleados administrativos, contratados con el voto.

Nuestro mismo enojo contribuye a fortalecer el sistema que nos tiene enojados.  No proponemos, no actuamos, no movilizamos; solo mentamos madres, hacemos memes, y queremos que a todo ¡se lo lleve la "chingada"! Izquierda y derecha nos han traicionado entonces no voten, gritamos iracundos por ahi. Por eso, la derecha o la izquierda globalizada e institucionalizada seguirán detentando el poder y traicionando: porque "el que se enoja pierde".

Criticamos a aquel que rabiaba: "¡al diablo con sus instituciones!", pero hacemos el mismo berrinche. Y se pierde la energía de nuestro enojo, la oportunidad de canalizar nuestra ira de manera constructiva:  Estoy convencido que no se trata de destruir el sistema parasitario y criminal, sino que debemos crear un sistema solidario y honesto.  Necesitamos dejar de soñar que "el pueblo toma el poder" y empezar a construir el poder del pueblo.  Tirar la casa sin estar listos para construir encima de los escombros solo nos llevará a más pobreza, más caos y más enojo.  Hoy es el día que empezamos a construir el futuro, hoy vamos a usar nuestro enojo para calmarnos y crear una estructura de convivencia social desde la micro organización positiva y solidaria ¿estamos listos para calmarnos y ganar?