viernes, 11 de septiembre de 2015

La Tierra de la Abundancia

Por Eduardo Corona




Por miles de años ya, hemos estado dominados por la idea de que el negocio significa hacer dinero por encima de cualquier cosa, mientras la ética se encuentra durmiendo en algún lado tras bambalinas. Esa idea viene de una cultura que nació en las tierras norteñas del planeta donde reina la escasez; esos lugares apartados y gélidos donde no hay suficiente comida, ni vestido, ni terrenos cultivables y aún el sol es escaso.

Para sobrevivir los habitantes de esas tierras de escasez, desarrollaron un minucioso sistema de administración de recursos, para ahorrar lo suficiente para los largos inviernos, además, tenían que pelear todo el tiempo por todo: comida, abrigo, tierra, etc. Por lo que se hicieron buenos administradores y excelentes guerreros.

Cada recién nacido en estas comunidades era visto como una bendición ya que significaba un engrane más para el sistema o un guerrero más. Y cada inmigrante era una maldición, ya que significaba repartir aún más los ya de por si escasos recursos, o en el peor de los casos un forastero podía ser un espía del enemigo. Eran comunidades muy amistosas hacia adentro, pero muy agresivas hacía afuera.

Y les fue bien. Les fue tan bien que no solo sobrevivieron a la escasez y a los largos inviernos, sino que pasaron del ahorro a la acumulación. Las guerras ya no fueron para obtener los suficiente para sobrevivir sino para acumular, tener más que sus vecinos, entonces la tierra de la escasez les quedo chiquita, tenía que salir y buscar la tierra de la abundancia.

Y nos encontraron, vinieron a América y a África. Y se maravillaron con la abundancia que encontraron. Los sistemas no eran tan minuciosos pues no había que administrar la escasez. Y aunque nosotros conocíamos la guerra, esta no era nuestra mayor ocupación: nosotros somos artistas, científicos, shamanes sanadores.

Nuestra mayor preocupación no era acumular pues para nosotros no existe el invierno; nuestro negocio era tener solo la suficiente riqueza para alimentar a nuestra familia, hacer amigos y comunicarnos con la tierra. Nuestra pacha mama, que nos nutre graciosamente sin necesidad violentarla como esas tierras norteñas de la escasez. Teníamos sistemas bien acabados de sociedad, comercio y ciencia. No teníamos cañones pero sembrabamos en chinampas. No entendemos los sistemas de la escasez porque para nosotros todo es abundancia.

Gracias a nuestra pacha mama de abundancia, nacimos y crecimos con negocios de ingreso justo, sin querer acumular cosas que se pueden podrir por la abundancia de sol y humedad, solo lo necesario para alimentar a nuestras familias (economía), hacer amigos a nuestros clientes, proveedores y empleados (equidad) y comunicarnos con nuestra pacha mama (ecología).

Entonces, los recién llegados se burlaron de nuestro "salvajismo". Decían que éramos estúpidos pues al parecer no conocíamos la propiedad privada; al contrario, vivíamos como si todas las cosas las tuviésemos compartidas. Así que decidieron educarnos: "Les vamos a enseñar el significado de propiedad privada, estúpidos salvajes", dijeron, "y esta es su primera lección: desde hoy toda esta tierra de abundancia es nuestra, y ustedes son nuestros esclavos", y entonces inventaron el esclavismo, el colonialismo, el keynesianismo y el más letal, inhumano y avaricioso de todos los "ismos": el Neoliberalismo.

Pero hemos despertado. Ahora sabemos que en nuestros genes llevamos la noción de negocio con ingreso justo que preste especial atención a medir su éxito con la generación de riqueza, la construcción de comunidades amistosas y comunicación con nuestro medio ambiente.

Estamos listos para tomar esas herramientas que fueron exitosas para la administración de la escasez y aplicarlas en la generación de riqueza incluyendo nuestra ética ancestral de ganar solo lo necesario para alimentar a nuestra familia, hacer amigos y hablar con la tierra.

Mi definición de empresa social es el negocio que produce un ingreso justo balanceando sus actividades con éxito económico, equitativo y ecológico y todo eso lo llevamos en el espíritu y en nuestras células; el futuro es nuestro.

Solo tenemos que aprender a despertar nuestra "genética" cultural y reinventar las técnicas profesionales que usan los negocios clásicos para lograr su sustentabilidad económica y adicionarlas con nuestra ética de negocios con ingreso justo que valoren sus resultados en las esferas económica, equitativa y ecológica. 


Las revoluciones sociales y socialistas hasta ahora solo han sido un cambio en los hombres y los nombres del poder. Incluso algunos socialistas no conciben ningún cambio revolucionario sin un levantamiento bélico de las masas. Con el resultado que la burguesía burocrática sustituye a la burguesía capitalista, y los monopolios privados se tornan monopolios de estado. Lo que finalmente se traduce en una mejora prácticamente imperceptible para la gran masa que somos las bases, los de abajo.

Hoy te reto a que te atrevas a pensar diferente y despiertes tu cultura ancestral dormida que sirve para administrar la abundancia. Este cambio es pacifico, gradual y paulatino, pero entrega resultados a nivel individual casi de inmediato. Cambiemos nuestra mente, nuestro corazón y manos a la obra, porque este mundo lo inventamos todos cada día.

2 comentarios:

  1. Excelente y muy real, felicidades Eduardo y no nos prives de tus artículos.

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    1. Muchas gracias hermano!!! Estoy tratando de volver a la regularidad

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