Los 4 jinetes del Apocalipsis Social (FMI)
Por: Eduardo Corona
Las 295 páginas de la supuesta reforma energética Mexicana
aportan muy pocos datos acerca de la modernización de la industria petrolera y
electrica; desde las primeras páginas surgen sin tapujos las principales
caracteristicas de la politica monetarista, tan eficiente en la depauperación
de la clase media, en la cancelación de justicia laboral, en la depredación del
medio ambiente y en el enriquecimiento de una oligarquía fanancista y traidora.
El documento, que más se antoja bodrio, parece dictado desde las oficinas
centrales del FMI.
En primer lugar antes de proponer la efientización de la
industria a partir del desarrollo e implementación estatal de politicas de
investigacion científica y tecnológica arremete vigorosamente en contra de los
¨pasivos laborales¨, que se traducen en los sueldos, prestaciones y beneficios
de los trabajadores de esta industria, efectivamente, lo que para lo que los
patrones son ¨pasivos¨o obligaciones económicas, para los empleados son
“activos”, es decir sus beneficios y prestaciones devengadas por su trabajo
profesional. Es un ataque más a los derechos laborales, tan erosionados y
maltrechos con más de 30 años de bombardeos monetaristas a nuestros trabajadores.
En segundo término, se lee la obvia entrega de nuestra materia
prima por el alquiler de tecnología, vamos a pagar para que otros desarrollen
tecnolgía y la intercambien a la paraestatal por activos circulantes es decir
por dinero y materia prima, a través de contratistas que serán intermediarios de
PEMEX con las grandes coorporaciones petroleras. Estas compañías contratistas,
pertenecientes al sector privado, serán las encargadas de administrar,
supervisar y hasta conceder las licitaciones para la renta de tecnología e
incluso actividades de extracción directa de los hidrocarburos, es decir, que
PEMEX ahora pagará por tecnología extrangera a través de intermediarios o coyotes
de la iniciativa privada, es decir, parásitos, y dejará de invertir en
proyectos propios de desarrollo de tecnología e investigación. Se pretende ahogar la actividad de la
paraestatal a simple expectador de la explotación de la riqueza petrolera, con
la obvia reducción de su planta laboral especializada en favor de técnicos de
compañías extranjeras, que además han demostrado su ineficiencia medioambiental
y su depredación ecológica en favor de la extracción no sustentable de
hidrocarburos.
Finalmente, las migajas económicas que dejen los coyotes
(contratistas intermediarios) nacionales y las coorporaciones extranjeras será
administradas por un Fondo Petrolero en manos del Banco Central, llamado Banco
de México, que es un diseño de banca nacional especulativa originado en el
Banco Mundial y obligatorio para todos los prestatarios del Fondo Monetario
Internacional. En otras palabras, las
pocas divisas que dejen de la rapiña seran incluidas en la reserva
internacional de dólares con lo que se especula para que el Tipo de Cambio e
inflación beneficie a los capitales financistas en lugar de atomizar las
bondades economicas de la venta de hidrocarburos en favor de programas
sociales. Esos son los cuatro jinetes
del apocalipsis monetarista: cancelación de justicia laboral; apropiación de
las divisas por oligarcas nacionales e internacionales; contaminación ambiental
en todas sus formas, y uso de remanente financiero en el mercado especulativo
de divisas. Un modelo que ha depauperado
la clase media hasta casi desaparecerla, que ha paralizado el mercado interno y
condenado la producción nacional a la quiebra y a la dependencia, que ha
contaminado las aguas, el aire y la humanidad de los mexicanos, y que ha
enriquecido una oligarquía financista parásita y traidora.
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