viernes, 19 de septiembre de 2014

Los Coyotes

Por Eduardo Corona

Existe en la fauna política mexicana todo tipo de animales y alimañas, hay cerdos como Carstens y toda la manada de banqueros, también hay zánganos y parásitos ocupando posiciones en el poder legislativo, hay un burro en los pinos y hasta una gaviota aleteando por aquí y por allá su aplaudido cuero.  Hay también víboras, arañas, hormigas, y un largo etcetera.

Sin embargo hay un animal particularmente nocivo para la sociedad mexicana, es el coyote.  Ese animal que vive de intermediario, que lo mismo trafica influencias que carne y productos agrícolas.  Muchos de ellos se instalan afuera de las oficinas de gobierno esperando por sus víctimas.  Pero los que verdaderamente paralizan la economía nacional se encuentran en las centrales de abastos. Ni que decir con los que trafican con vidas humanas y hasta sexo infantil.

Estos seres que trafican con la sangre y el cansancio de sus vecinos y amigos.  No les tiembla el pulso para cobrar por sus servicios aun a sus más cercanos.  En Estados Unidos reciben el elegante nombre de "brokers".  Fueron ellos los que llevaron al país a la quiebra hipotecaría, y son ellos también los que controlan el flujo de prestamos buitres a los países que tienen la desgracia, como México, de tener una oligarquía traidora y un pueblo TVadicto.

Estos "coyotes" son los que despojan a los productores de la ganancia de sus cosechas y su ganado y al mismo tiempo encarecen los productos al consumidor.  La propuesta para salvar la economía local es deshacerse de estos parásitos y comprar directamente de los productores.

En infinidad de ocasiones se ha mencionado la dificultad de alcanzar directamente a los productores cuando no están organizados debido a la falta de un entrenamiento cooperativista o por obstáculos circunstanciales como la dispersión geográfica o la diversidad de productos. También se ha dicho la inutilidad del gobierno para administrar una cadena de suministro ya que el trafico de influencias, la corrupción y la avaricia determinan sus actividades.

Pero ¿como puede la sociedad civil tomar en sus manos la distribución de productos que evite su encarecimiento para los consumidores y la erosión de sus ganancias a los productores?  La respuesta la tienen las ONGs que en Estados Unidos tienen la función de equilibrar y transparentar el gasto social del gobierno, ya que al competir por los subsidios se establece un alto rango de calidad de servicios y al mismo tiempo se evita que el gobierno trafique y desvíe sus recursos como bien lo saben hacer las ratas gobernadores que hay en México.

El primer paso es organizar las ONGs al margen del gobierno inepto y criminal, y exigir que los recursos para programas sociales, que llegan a cuenta gotas de los usureros bancos internacionales, se distribuyan a través de ONGs administradas y supervisadas por la sociedad civil.  Está es un herramienta más para ganar la partida a los criminales oligarcas y avanzar en el camino del empoderamiento social verdadero ¿Estamos listos?

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